jueves, 18 de noviembre de 2010

Encogimientos del alma y otros efectos

Me provocas. Una mirada basta para encender la maquinaria en mi pecho. Los engranajes rugen como leones hambrientos, desencadenando la tormenta de sentimientos desbocados que se bañan en esta sangre que tiñe el entramado viviente. Sigo, por inercia, por constituir un desdoble de mi ser que funcione en automático, por no pensar más ni volver a hacernos daño. Continúo por este camino lleno de sorpresas ocultas, en un mundo en el que las sorpresas hace mucho que dejaron de regalar sonrisas.

Y después me apago. Mis impulsos se desmayan de repente y quedo anegada en una oscuridad densa y pegajosa, justo de esa clase que cuesta tanto quitar, una especie de mermelada perpetua que se adhiere a las paredes del espíritu y lo asfixia sutilmente hasta que la oscuridad deja de molestar.

Ahora me giro hacia ti y puedo verte. Mañana ya no podré. Deja que mi alma llore conmigo por cada segundo que la vida nos ha robado. Deja que me deshaga en el agua de las horas condenadas. Deja que invente cómo puede existir la luz allá donde tú no estés.

¿Y qué si me excedo? Tal vez sea mejor un exceso que una meta que se aleja a una velocidad vertiginosa e inhumana. Tal vez sea mejor mancharse las manos ahora, cuando duele, mientras importe. Todo cuanto signifique vida, todo cuanto estremezca los sentidos, todo cuanto al herir, condene.

Todo.

Todo forma parte del milagro de los días felices.

viernes, 12 de noviembre de 2010

España, mi querida España.

España, el mendigo de la Comunidad Europea, de cabeza a una segunda Argentina. Con unos políticos que cobran sueldos de millonetis europeos mientras un "mileurista" ya se da con un canto en los dientes y le pone una estampita a San Judas para que le renueven el contrato en enero. Con una oposición vergonzosa y un gobierno derrotado.

Sin políticos carismáticos que, al menos, den un poco de esperanza a esta población cansada, desmotivada y lo peor, resignada. Con un funcionariado patético e ineficiente. ¿Por qué seguir? La única solución es pirarse, dejar a España seca de personal cualificado, hacer que pierda el dinero invertido en nuestra educación de la que tanto se presume. Educar científicos para que produzcan en otros países. Formar gente muy válida para que levanten empresas en el extranjero y contribuyan con una economía y una política social merecidamente favorables. Somos las víctimas de una mala organización social y de nuestra propia ignorancia.

Miremos el mapa, no debe uno conformarse tan pronto.

Lo que sí está claro, es que uno no debe leer foros de economía y pretender animarse un viernes. ¡¡Ay!! craso error el mío. Hoy detesto este país, detesto esta resignación y estas cabezas bajadas. Tal vez mañana ni me acuerde y siga con esta pantomima. La vida pasa rápido y a menudo olvidamos la importancia de respetarse a uno mismo.